viernes, 15 de abril de 2011

HUMALA ASOMA

Eddie Cóndor Chuquiruna
Coordinador del Area de Gobernabilidad Democrática
Comisión Andina de Juristas

En la primera vuelta, Ollanta Humala quedó en primer lugar, seguido de Keiko Fujimori, con quien peleará la Presidencia en una segunda vuelta en junio. El resultado probable ya se sabía días antes por Reuters. La resistencia en diversos sectores y hasta la actitud insospechada del Nobel Vargas Llosa contra Keiko Fujimori, advierten un escenario en el que fácilmente el nacionalista podría hacerse con la victoria en junio.

La inesperada subida de Humala, creen algunos, empezó a partir de las declaraciones de la embajadora norteamericana en Perú, por el asunto Wikileaks. En aquel entonces, la embajadora le comentó a Humala que funcionarios del Gobierno del ex Presidente Alejandro Toledo habían solicitado a funcionarios de la Embajada, detener el éxito probable del Nacionalista en el 2006. La situación terminó favoreciendo a Humala en las encuestas y perjudicando a Toledo.

En el cálculo, la derecha fragmentada y desorganizada, sin capacidad de renuncia, desconcertó a la población antihumalista (aproximadamente el 65% de la población) que no supo en la última hora si votar por PPK o votar por Toledo para detener al nacionalista.

En el análisis, Humala no ha crecido respecto del 2006, tiene un techo en el 30 o 35% difícil de superar. Pero Fujimori requerirá de alrededor de 15% adicional a su voto duro para vencer a Humala. El problema es que Fujimori tiene tantos anticuerpos que esta sería una pelea de “techos bajos”. Es difícil convencer a determinados sectores que la hija de Fujimori gobernaría en un contexto diferente al de su padre y que ella representa el “mal menor”. Poco importa, al parecer, incluso, el probable acercamiento del Perú a la órbita chavista, el eventual cierre del Congreso y una Constitución nacionalista, la libertad de prensa posiblemente amenazada y el escenario de peligrosa confrontación con Chile por fallo de La Haya en el 2012.

Incluso, se refiere que Alejandro Toledo ha moderado su discurso y no combatiría a Humala, con lo que la oposición desde adentro del escenario empieza a relativizarse. En la interpretación razonable desde el lado del fujimorismo no cerril, Fujimori deberá tender puentes con sectores adversos, de centro, democráticos, vinculados a derechos humanos a fin de evaluar las consecuencias para la democracia de una victoria de Humala.

Hay quien señala, pese a este análisis, que si hay algún interés poderoso en la victoria de Humala son diversas empresas brasileras, que estarían detrás de su candidatura para expandir su influencia en el Perú. Se cuentan en este proceso en ciernes, algunos proyectos hidroeléctricos. Pero ese es un detalle al margen en una escena complicada para la democracia, según diversos analistas. Hay quien cree que el proyecto humalista está obligado a negociar, pues necesita de las otras fuerzas en el Parlamento; sin embargo, hay otros que asumen que el proyecto de Humala es un proyecto personalista, familiar, caudillesco y dictatorial, de carácter intervencionista y estatista y bastante ideologizado (etnocacerismo como sustrato).

La Historia tiene la respuesta, que obre a favor del Perú, de los peruanos y sus libertades. Que así sea.

No hay comentarios:

Publicar un comentario