domingo, 12 de septiembre de 2010

NI DERECHA NI IZQUIERDA LOS JOVENES PEDIMOS INTEGRIDAD

EL ROL DE LA POLÍTICA EN LA ÚLTIMA DÉCADA.
¿ES LA HORA DE LOS JÓVENES?

De todas las instituciones políticas pasibles de ser evaluadas por una sociedad, en el caso específico de América Latina, son los partidos políticos los que se agrupan en el grado de pésimo en las evaluaciones de cómo los considera el común de la ciudadanía, pero a la vez resultan imprescindibles para el sostenimiento de un Estado de Derecho, es por esto que se considera como apreciación general por el común de los intelectuales que forman parte de los actores sociales que los partidos políticos afrontan la peor crisis de su historia , bien por que no desempeñan correctamente sus funciones o bien por que existe un repudio por parte de la ciudadanía que no se siente representado por los tales, es por las razones que exponemos que consideramos que nuestra democracia no sobrevivirá mucho más tiempo si es que sus ciudadanos no pueden crear una cultura de apoyo, que en la practica sea capaz de sustentar estas la vida en democracia y los ideales que se dicen defender al amparo de esta, por lo cual una democracia no solo se sustenta con decir que vivimos en democracia o el hecho de tener elecciones libre, sino con el hecho fáctico de vivir en medio de la presencia de valores democráticos para cortar de una vez por todas la cadena de gobiernos cleptocráticos extendidos desde Brasil con Collor de Melo, Chile con Augusto Pinochet, y otros más hasta llegar a las dictaduras como las de la década pasada en nuestra nación, por lo que cabe mencionar es acaso posible sustituir la irresponsabilidad gubernamental por una sólida vida demócrata sin antes subsanar la herida moral de nuestra nación.

Ante estas interrogantes cabe mencionar que una primera pregunta surge: ¿Quienes debieran ser los llamados a presentar una opción de cambio transparente, sólida y plenamente organizada?, a esta pregunta la respuesta deviene de obvia, son la nueva generación de jóvenes con un grado de preparación que los capacite para asumir la posición que se requiere para dar un salto cualitativo, pero solo hace falta eso, la respuesta es un rotundo no, por qué, se a demostrado que la legislación vigente a incluido cuotas especiales que deben respetar los partidos políticos y que deben incluir a las minorías que antes no estuvieron consideradas, entre las que se incluyen a las mujeres y a los jóvenes, pero estos jóvenes deben de ser en primer lugar personas integras pues solo una persona integra sabrá gestionar y administra correctamente los recursos del Estado y podrá hacer de la política un arte de gobernar como consta en su definición y no la politiquería que se ha venido dando en el transcurso de los últimos años, puesto que plenamente si bien los jóvenes han ido posicionándose dentro de los partidos políticos, y a su vez estos se han dado cuenta de que la juventud es uno de los espacios en donde se debe de ganar votos, no menos cierto es que las campañas en las áreas juveniles no han trascendido de espectáculos circenses y fiestas de congregación, no ha habido un salto cualitativo en el quehacer político, por lo menos en el caso peruano; pero no podemos negar que el influjo de la juventud en la arena política no se quedó en las campañas políticas, el que muchos partidos hayan adoptado el seguir la estrategia del marketing político a través del Internet como medio de comunicación masiva y principalmente dentro del Internet la inclusión en las redes sociales en las que se despliegan masivamente más debates y espacios de opinión que en los mismos medios de prensa, por lo que debemos entonces de reestructurar la politización de la juventud de acorde a las nuevas tecnologías pero sin descuidar el cimiento de la correcta forma de hacer política que es la lucha de argumentos en la arena democrática, sensibilizando la conciencia social pero llenando los espacios democráticos a través de la estrategia ofrecida por los mass media fomentando el debate de ideas, por lo que la política como herramienta resulta mucho más compleja que antes de ser analizada, no así el mover político, por lo menos en el caso peruano en donde la crisis de representación .

Por desgracia en más de un siglo y medio de vida independiente hemos tristemente recorrido el mismo camino del resto de “democracias latinoamericana” la constante interrupción de gobiernos civiles por golpes dictatoriales, pero por desgracia la cuota de vacío de poder se ha proyectado como sombra hasta nuestros días, principalmente en nuestra sierra y selva que se mantiene cautiva por el narcoterrorismo y arrastrando a la crisis económica palpitante y a la problemática de criminalidad organizada que ahora ha extendido sus tentáculos nefastos hacia la policía y la autoridad judicial, por lo creo que la suma de estas contradicciones debiera ser el impulso que necesitamos para que líderes jóvenes sin importar de que tienda política sea, pero con la consigna de un salto cuantitativo y cualitativo, en cuanto al despliege de ideas, valores y sobre todo un sano despertar de reinvindicar la tradición rebelde, y llena de facciones violentistas sino rebelde en el sentido de dar el cambio que el país de nuestros tiempos necesita antes que la crisis de valores destruya lo poco que nos queda de nuestro Estado.

Debemos de señalar que si bien en nuestro país como en la mayoría de países latinoamericanos la lucha política tiene un origen caudillista debido a la vinculación de la agrupación a un determinado líder político, el cual posee peculiares cualidades persuasivas y ejerce un dominio sobre sus seguidores, lo cual si bien es un aspecto positivo a la larga su perennización hace imposible el hecho fáctico de generar nuevos cuadros políticos con capacidad de adscribir nuevos adeptos y de recibir el legado de voluntades, misiones y visión de sus agrupaciones, lo cual es un problema que se viene trayendo como un lastre pese a los avances logrados a través de la democratización política , por lo que el sostenimiento de este tipo de democracia caudillista es débil aún con las reformas económicas liberales y una reanudación de un crecimiento económico sostenido subsiste la pobreza y la desigualdad social de cara a una crisis de valores y a una ingobernabilidad, ante lo cual no ha habido un mover de la sociedad civil sino de organizaciones que dicen representar a la sociedad en su conjunto, pero que representan colectividades y no grupos humanos en desprotección y en algunos casos sus intereses propios o trasfondos de bancadas políticas determinadas.

Por lo que todo partido político que se goce de serlo debe no solo de tener en sí una estructura formal de carácter estable con objetivos a alcanzar y el influir en el proceso de toma de decisiones políticas, además de contar con un plan de gobierno que no solo sean medidas de carácter económico o paquetes legales draconianos, sino por el contrario sumarle aunque parezca duro una cuota de moral y ética en el proceder, dejando de lado el pragmatismo en boga y el criollismo de la obtención de beneficios, para lo cual es necesario el educar a una nueva clase política que pueda encontrarse calificada para enfrentar los retos del milenio.

Sin lugar a dudas estando en plena la lid política por el sillón municipal debemos de reclamar que es lo que necesita nuestro país en estos momentos por lo que rescatando el pensamiento de Adolfo González Posada el municipio debiera ser el núcleo social de la vida humana total , determinado por las naturalezas de la vecindad, por lo cual en el sentido político debiera de ser un organismo con un sistema de funciones para lo servicios, los cuales se concreten en un régimen jurídico amplio, , por lo que rechazamos tácticamente el ampararnos entre las acusaciones venidas de los dos bandos principales, entre si se es pro narcotráfico y la corrupción al amparo de arremeter con la transparencia o si se elegirá el apoyo al pro terrorismo a partir de la coalición Patria Roja y MNI, mas antes bien al amparo de la Ley Orgánica de Municipalidades ser los promotores del desarrollo local.

Por desgracia viviendo en una crisis de valores se nos habla de la época de la post modernidad y de la necesidad de un cambio, pero no podemos para nada descuidar el heroísmo de la lucha moral por un país que día a día y escándalo tras escándalo se hace cada vez mas ingobernable, por lo que creo firmemente en el verdadero legado de apostar por la honestidad e integridad de nuestros líderes, y que pese a haber elegido lideres con tales cualidades seamos los ciudadanos los que cual atalayas vigilemos el cumplimiento de las promesas electorales y una correcta ejecución de los presupuestos en obras que beneficien a la ciudadanía, aún cuando reconozco en este tiempo y con profunda reprobación que la desfiguración arbitraria del pacto social al amparo de la Ley de Dios, razón por la cual se ven los efectos que vivimos.

Ante estas razones fácticas nadie debiera tan siquiera pensar en poner tropiezos a la juventud que debiera ser conducida por la realización de una verdadera unidad nacional, fomentar un noble amor por la libertad y una inquebrantable devoción por su país lejos de someterla a los grilletes serviles de la corrupción, por tanto debiéramos procurar encaminar nuestros destinos sin descuidar la escala moral y la ética que debe de ser la guía de todo peruano.

Por lo que con semejante apostolado soy un fiel creyente de que luego de haber pesado las tales palabras en la balanza de la verdad y el amor, y no queriendo ser cómplice de un silencio inoportuno por no haber aclarado la senda de una verdadera reconstrucción de nuestra patria a la que amo y respeto por su valor histórico es que he creído importante pronunciarme sobre los sucesos en los cuales discurre nuestra nación.